Imagen: eldiario.es
En el artículo ‘Juguetes impresos en 3D: los pequeños ‘makers’ de hoy, ¿ingenieros del mañana?’ publicado en eldiario.es, el grupo HACEDORES habla sobre la potencialidad de la tecnología 3D:
‘En Los Hacedores creen que la simplificación del ‘software’ y la democratización del ‘hardware’ (cada vez hay más impresoras ‘open source’ y hasta Arduino planea lanzar un modelo) está permitiendo que los chicos de corta edad manejen herramientas similares a las que se utilizan en cualquier industria. “Les estamos amueblando la cabeza de cara al modelado profesional. Ya comienzan a pensar en diseños, en arte y en otras cosas con más implicaciones que los juegos”, explica Gordillo.’
Desde luego, ni la impresión 3D ni el software simplificado constituyen una base para la docencia en sí mismos, pero como ha quedado demostrado, es una herramienta muy útil de la que los jóvenes pueden aprovecharse para potencializar sus capacidades de percepción espacial y de relacionar conceptos con fines prácticos concretos.
Y en definitiva, la docencia constituye la mejor posición desde la cual canalizar esta potencialidad de una manera útil, responsable y provechosa para los alumnos.
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